
Hace días pude ver cómo muchas madres se quejaban sobre el proceso de adaptación, de cómo se gestionaba y cómo ello podía afectar emocionalmente a nuestros hijos.
Lo cierto es que cada familia y cada niño es un mundo, por lo que el proceso de adaptación no se vivirá de la misma forma. Y es por eso, que vengo a hablaros de ello.
Es importante recalcar que el proceso de adaptación es muy importante y por ello, es recomendable que los centros puedan «adaptarlo» según las necesidades de los padres y de los hijos.
El momento en el que decidimos llevar a nuestros hijos a la escuela infantil es un momento, generalmente complicado para nosotros y nuestros hijos.
Ellos se encuentran con un nuevo ambiente, donde papá y mamá no están, donde hay personas desconocidas… y ello puede resultar complicado de gestionar…
¿Y para nosotros? tener que despegarnos de ellos y sentir que entran a disgusto a la escuela, puede partirnos el corazón.
Es importante que, cuando comencemos este proceso, sin importar la edad de nuestros hijos, les preparemos para la nueva situación. Hablarles sobre la escuela, enseñársela previamente, acompañarles en el aula al principio e ir reduciendo vuestra presencia progresivamente (si la escuela os da esa opción y os lo podéis permitir laboralmente), informarles de las actividades que van a realizar… hablarles bien sobre los profesores… y que mamá y/o papá les recogerán cuando termine.
Para nosotros tampoco es fácil de gestionar, emocionalmente, ni laboralmente, y por ello es importante que, como modelo, aprendamos a gestionar nuestras emociones delante de ellos. Está bien echarles de menos, o sentir cierta tristeza por la separación, sin embargo, si nos ven muy disgustados, tampoco les ayudará. No se trata de que reprimáis vuestra emociones, tenéis derecho a sentir, sentir es natural y es bueno poder compartirlo con personas de confianza, sin embargo, delante de ellos es importante medir como reflejamos nuestros sentimientos. Si nos ven tristes, podemos aprovechar para indicarles que nos cuesta separarnos de ellos porque les queremos mucho pero que sabemos que estarán bien, disfrutarán mucho y nos reencontraremos al finalizar la jornada para hacer planes juntos.
Puede que los primeros días les notemos más alterados, llamen más nuestra atención, se encuentren más demandantes o más mimoso. Es importante que esos primeros días estemos atentos a sus emociones y podamos proporcionarles la atención y el cariño que necesitan.
Betania Nze